Ibamos con Mamá y Hermanita Viajera desde Venecia a Salzburgo en tren. Ah, maravillosa vista … recorrer el paisaje hasta Austria, los pueblitos perdidos, esas montañas… Claro, resulta que por distintos motivos, no nos chequeamos antes, el tren salía al mediodía y sin asientos asignados, nos agarró la desesperación… y si no encontrábamos lugar? así que nos acomodamos en la primera cabina que vimos vacía, eran para 6 personas. Fuimos solas hasta Verona, pegadas a la ventanilla, re contentas, pero entonces subieron una pareja de neocelandeses, el ex jugador de los all blacks, aunque nunca pudimos saber su nombre, podría habernos mentido, pero daba el physique du role (yo no le iba a desconfiar), y una alemana muy simpática que estaba recorriendo Italia sola. 
La pareja había reservado los asientos y Mamá Viajera pasó al medio. En fin, así pasaban las horas… teníamos la esperanza que pasaran vendiendo algo para comer, pero no… con el apurón no queríamos almorzar por si nos retrasabamos (los italianos se toman su tiempo para servirte la comida),… entonces, en el medio de la nada escuchamos a Mamá Viajera diciendo “Aim jangry” (leerlo tal cual) nos reímos al principio, pero cada 15 minutos repetía lo mismo …”Aim Jangry”, como será que el all black le ofreció ciruelas, galletitas, lo que tenía pobre! Ella toda pudorosa agradecía y decía “no, tenkiu”, pero no paraba de repetirlo!!!! Ellos tres un amor, seguían viaje pero nosotras teníamos que combinar con otro tren en Rosenheim, Austria. teníamos 8 minutos para bajar y cambiar de anden. Por suerte el all black nos ayudo a bajar las valijas, ya pesadas, muy contentos ellos nos despedían (claro, no nos querían ver mas, estaban chochos!). Una vez abajo, a correr!!! al final del anden había un ascensor que te llevaba hasta el túnel, lo cruzamos ; tomamos otro ascensor que estaba en el medio y nos dejó justo enfrente al vagón, por suerte… Eramos nosotras solas sentadas, entonces el guardia me sacó porque me senté en ventanilla en vez de pasillo (reitero, solo nosotras 3 en el vagón). Al subir notas la diferencia de un país a otro. Este estaba super limpio, mas cómodo y moderno, el italiano esta muy bien, por supuesto, pero es mas como nosotros, viste? no llega al sarmiento, obvio, pero no es como el de Austria. 
Enseguida pasaron con el carrito vendiendo papitas, sanguchitos, café, gaseosas y pudimos comer algo, sobre todo Mamá Viajera, quien con una sonrisa de oreja a oreja, se calló la hora y media que nos tomó llegar a Salzburgo. Fueron casi 9 hs en total. Lo pasamos muy bien (hasta hicimos el tour de la novicia rebelde, todos grandulones cantando Edelweiss, muy bizarro, pero es otra historia) aunque después de unos días, siguiendo nuestro viaje, tomamos el tren de Salzburgo hasta Praga, 6 hs 30 mas o menos. También había que hacer combinación. En fin, ya de entrada, el tren no era el mismo que el anterior, medio pelo, pero bien (no era austriaco), igual vamos a ver por la ventanilla, etc, pero esta vez, si habíamos reservado los asientos y comido. 
Todo muy lindo, en medio del viaje se larga una tormenta terrible, y ya en la república Checa, el tren empieza a parar… se toma mas o menos 20 minutos en cada parada, así 3 veces. Mamá se pone nerviosa… y en eso viene el guarda, muy simpático y sonriente nos dice a todo el pasaje: “Se cayo un árbol en las vías y el tren no puede avanzar, los vamos a llevar en colectivo. Bajen con las valijas, gracias por viajar con nosotros, y esperamos verlos pronto”….. cri cri… eeeeeeehhhhhhhh … y ahora?????? Resultado, bajamos en medio de las vías, cargadas con las valijas , las atravesamos y vamos por el costadito donde había una veredita paralela al tren, empezamos a caminar y nos damos cuenta que Mamá Viajera estaba parada frente a la puerta y no se animaba a bajar. Miraba abajo y decía “tengo miedo…” Estaba vestida con gorrito piluso blanco, pantalón de joggin y remerita celeste, ya anocheciendo, y ella paradita! Podés pensar “pobrecita”, nanananaaaa, fue muy gracioso, todos bajando apurados porque ademas, no había luz y si hubiera tampoco las encendían (no se si por ahorro o que), mas peligroso si se quedaba arriba porque caminar a oscuras casi 1000 metros entre las piedritas y los rieles, te lo encargo… Se preguntaran como se bajó, bueno, nos turnabamos con Hermanita Viajera (una se quedaba esperando del otro lado con las valijas) para acercarnos y ayudarla a bajar , no hubo caso… atras se agolpaba gente que si queria irse, pero se atoraban con ella; hasta que un joven muy agradable la tomó de la mano y gentilmente la ayudó , le hizo upalalá aca tá y la depositó sana y salva en la tierra. Los que esperaban arriba aplaudieron y ella salió sonriente y saludando como si fuera Mirtha Legrand, mientras repetía “que barbaridad, así no se puede, y ahora como vamos a hacer, no veo nada”… pero si bajaba 40 minutos antes teníamos claridad! En fin, llegamos a la estación mas cercana, donde estaban los choferes esperandonos, Todo el pasaje subiendo las valijas y los conductores no hablaban ingles, español, francés, italiano ni alemán, lo se porque todos los turistas trataron de hablarles en sus idiomas y solo nos ignoraban, no contestaban. Como llegamos casi últimos (por motivos antes expuestos), ni fuimos al baño, mirá si se iban sin nosotros! Todo el camino, casi 3 horas, en un micro donde el señor que manejaba parecía un ex agente de la KGB, sin una palabra, la ruta sin luces ni señales, todo muy oscuro, ningún cartel en ingles, nosotros temerosos, no teníamos idea donde terminariamos, sin cambio, porque ellos no usan euros, solo coronas checas, si en Praga varios negocios no te aceptan euros, imaginate en la ruta!!! Llegamos al fin a la terminal, besamos el piso y nos fuimos al hotel, cantando bajito en una hermosa y cálida noche primaveral pero muuuuy oscuraaaa. Moraleja: Siempre hacete un tiempo para comprar unos manguitos del país al que viajas antes de llegar, tenete unas galletitas o nueces y agua en la mochila o bolso de mano, ponete ropa cómoda por si tenes que hacerte el Indiana Jones, y una estampita de algun Santo o Deidad a elección que te cuide…
