Llegaron las vacaciones de invierno y con ellas, los dolores de cabeza. Vuelos completos, cancelados, sobrevendidos! Filas interminables!
Si bien hay cosas que son inevitables y no hay nada que podamos hacer, hay cosas que si ayudan a que tengamos una buena experiencia y evitemos problemas y hacernos mala sangre.
Y seguimos con la tercera y última edición del Manual del buen pasajero. Estos son los aportes de una lectora, Nadia, que trabaja en el call center de una línea aérea. Aquí están sus aportes.
Como les había prometido hace rato la segunda parte del Manual del buen pasajero, Edición a bordo, me contacté con unos cuantos amigos y conocidos para que me den sus aportes para esta sección, ya que no soy tripulante, y si bien he volado y puedo detectar las actitudes que no son de buen pasajero, nada mejor que ellos para darnos sus aportes ya que su trabajo consiste en cuidarnos y asistirnos en vuelo.
En estos días tuvimos la noticia de que el volcán Cabuco entró en actividad, emanando cenizas volcánicas que indefectiblemente afectaron a nuestro espacio aéreo.
El motivo por el cual esta actividad restringe los vuelos, es porque de acuerdo a los vientos podemos recibir nubes de ceniza volcánica, las cuales puede ser extremadamente peligrosas para los aviones ya que las finas partículas pueden dañar las turbinas.